lunes, 22 de enero de 2018

Enanos de Jardín


Es difícil de creer
que una noche en los veranos,
siempre sin dejarse ver,
cobren vida los enanos.

Los que están en el jardín
o de adorno en la parcela
voltean el balancín
y giran la manivela.

Suben por las escaleras,
desenroscan las bombillas,
dan brincos, echan carreras
y descolocan las sillas.

A pesar de estar a oscuras,
                                  se columpian de las ramas,                                  
hacen muchas travesuras
y se prueban tus pijamas.

Algunos podan la hiedra,
si encuentran unas tijeras;
pero, sus manos de piedra
frenan las buenas maneras.

Una vez los vio Manuel,
aquel del pelo rizoso,
 cuando lo contó a Isabel,
le llamaron mentiroso.

Es difícil de creer,
 ocurre una vez al año
y nunca se dejan ver.
Es la verdad, no te engaño.

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