Como hai tiempu que nun asoleyo
nada en castellán, aprovecho p’apurrivos la felicitación de Navidá nesa llingua
dende’l mesmu “Esto colmo”.
Ya no hay blanca
Navidad
pues lo del cambio
climático
se está poniendo
dramático
y no nieva en la
ciudad.
Lo que se mantiene
igual
es lo de la lotería,
la comedia de ese día
y el grotesco
carnaval.
Con la crisis, el
turrón
ya no es duro; sí, pesado,
igual que el año
pasado,
se cambia por
polvorón.
Venden mazapán
genérico,
como el paracetamol,
las bebidas, sin
alcohol,
incluso, cava
quimérico.
A muchos no influye
nada
por culpa de ser
esclavos
que a fuerza de
menoscabos
trabajan esa jornada.
En un alarde de fe,
muda el jefe impertinente,
en cualquier belén
viviente,
de Judas a San José.
Los pelotas son
pastores,
no se les escapa una,
con su actitud
lacayuna
y de viles
confesores.
Sin que nadie se
moleste,
a todos felicitamos,
lo hacemos cuando nos
vamos,
emigrando hacia el noreste.
Que aquí todo el
mundo roba,
que esta tierra no es
segura,
que ha entrado mucha
figura
y el belén ya se
joroba.
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