A la leche desnatada atada,
al tiempo que sin lactosa osa,
a conservase delgada hada,
hada que nunca sonrosa rosa.
Así la central lechera era,
la que logra con su peso eso,
ir licuándolo a la espera pera,
de rebajarle, sopeso peso.
Y esa niña consumida ida,
consigue que dicha leche eche,
unos quilos que ya olvida vida,
y que nadie la despeche peche.
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