Lluis de Turiellos

Y un poeta orixinal, que ye una categoría a parte que dexa güelga propia nel camín de les lletres, que yá ye abondo. (Munches gracies, Lluis)

martes, 16 de diciembre de 2014

Gervasio


Mi vecino del primero,
el que se llama Gervasio,
baja siempre, el majadero,
en ascensor al gimnasio.

Después toma el autobús,
para una sola parada,
por si le da un patatús
por andar una burrada.

En el primer aparato,
hace bíceps media hora,
después, tríceps, un buen rato,
y las pesas, sin demora.

Por la tarde, bicicleta,
como la que tiene en casa,
ojeando alguna teta
y el culo de Nicolasa.

Otras veces, en la cinta,
donde le da por andar,
intercala alguna finta
y llega al mismo lugar.

Entre tanto personal,
siempre alguno ventosea,
la hormona huele fatal,
y el de la bici se apea.

A Honorina, que es muy fina,
le entró un día vomitera,
vomitando la cecina,
cecinando la espaldera.

Sin embargo, en el gimnasio,
los transforman en atletas,
el prototipo, Gervasio,
el ojeador de tetas.


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