Lluis de Turiellos

Y un poeta orixinal, que ye una categoría a parte que dexa güelga propia nel camín de les lletres, que yá ye abondo. (Munches gracies, Lluis)

jueves, 8 de mayo de 2014

En la Dehesa de la Villa


     Esta foto de Fernando Barrero en el magnífico sitio web de mi amiga Bea Burgos,
El blog de Tetuán – Madrid, me da pie a consignar esta entrada para los lectores exclusivamente castellano parlantes...

     Durante algunos años anteriores y posteriores a nuestra guerra civil era muy frecuente observar como familias enteras, generalmente humildes, se desplazaban hasta la Dehesa de la Villa de Madrid para comer y merendar. En aquel entonces, no se estilaban ni las mesas ni las sillas plegables, y las viandas, así como el asiento de los comensales, solían acomodarse sobre unas raídas mantas militares muy típicas de la época. Algo cuento al respecto en alguno de mis micro relatos; no obstante, aquí recapitularé parte de una anécdota en la que me vi implicado: “Yo, en los años 50 del pasado siglo, era un niño exactamente igual que los que podéis observar en la fotografía. Un día de verano, mis familiares me trasladaron a uno de aquellos “picnic”, con la desventura de que en la sobremesa mi tío Manuel descuidó a mi alcance su recio mechero de metal. Mi ocurrencia fue la de tomar dicho encendedor y comenzar a prender todos los cardos secos que abundaban en la zona, sin que entre todos los presentes en el lugar fueran capaces de sofocar el incendio producido. A causa de ello, tuvieron que personarse los bomberos y escapar el indiferente responsable entre los atribulados domingueros”.

     No fue aquella la más sonada de mis desafortunadas peripecias; sin embargo, su desglose y narración escapan a esta breve reseña.

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